Por: Susana Caballero
San Salvi es una zona que cuenta con varias construcciones, una suerte de gran complejo que fungió como institución mental. Aunque el proyecto comenzó en la década de 1880, su inauguración oficial sucedió en 1891. Durante poco más de un siglo, este hospital psiquiátrico fue utilizado para aislar a los pacientes con enfermedades mentales y, si bien disponía de actividades terapéuticas para ellos –como teatro y agricultura–, su compleja historia tiene otro rostro: el rostro de pacientes que estuvieron sujetos a abusos tanto mentales como físicos.
La zona se convirtió en una periferia para la memoria de los florentinos, a pesar de su ubicación geográfica. Hoy en día, pareciera una ciudad negada dentro de una ciudad establecida. Incluso detrás de sus murallas había una sensación de jerarquización a través del uso de la flora. Los árboles altos separaban los sectores nosográficos, mientras que la vegetación baja se concentraba en los patios que dividen los pabellones.
En 1978, la Ley Basaglia estableció el cierre de asilos civiles y un marco regulatorio para el tratamiento sanitario. A través de esta revolución cultural, Italia se volvió el primer país del mundo en abolir los hospitales psiquiátricos. En 1998, su cierre y abandono fueron absolutos.
Hoy en día, San Salvi funge principalmente como área corporativa. Destacan las oficinas y los laboratorios.
A través del uso de líneas y formas geométricas, el conjunto de imágenes que aquí presentamos muestran lo que queda de San Salvi. La atención adecuada permite echar un vistazo al pasado e imaginar la vida de quienes estuvieron internados detrás de sus enormes muros.
