¿Cuáles son sus efectos?
Por Fernando Noriega y Marcela Gómez
La precariedad laboral, compuesta por la incertidumbre en la duración del empleo, la nula protección social, salarios bajos, falta de prestaciones y violencia de género, ha afectado al ejercicio del periodismo en México.
De acuerdo con cifras del Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para diciembre de 2019 el salario mensual promedio de las y los comunicólogos y periodistas fue de 11 mil 222 pesos, mientras que portales de empleo como Indeed o Neuvoo indican un promedio aún más bajo dentro de un rango de 5 mil 274 a 8 mil 500 pesos1.
Para Luciano Campos, corresponsal de la revista Proceso con 35 años de experiencia, el trabajo del periodista es mal pagado en México a diferencia de otros países, lo que provoca que se necesite tener dos ingresos. Sin embargo, existen medios que demandan exclusividad a pesar de contar con un salario promedio, que no permiten el desarrollo en otros ámbitos profesionales que complementen el trabajo periodístico.
Los salarios bajos han impulsado a subsistir de otra forma fuera del periodismo. Melva Futos, periodista independiente con 25 años de experiencia, comparte que tiene compañeros que venden seguros para generar otro ingreso y que ella complementa su labor periodística con la labor docente en la Facultad de Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) desde 2020.
Esta situación implica que muchas compañeras y compañeros no cuenten con derechos laborales como antigüedad o prestaciones como el Afore. Paul Medrano, colaborador de Tierra Adentro y autor del libro El Acapulco punk y otras historias del sur, revela que en Guerrero las y los reporteros mejor pagados son quienes cuentan con trayectoria y ganan entre 14 mil y 15 mil pesos al mes.
De acuerdo con Campos, mientras un reportero no cuente con una planta en su trabajo es muy probable que en cualquier situación que amerite su despido no se le respete antigüedad y termine quedándose sin ningún tipo de indemnización a diferencia de compañeros que sí cuentan con la planta.
Sergio Rodriguez, periodista coahuilense con más de 30 años de experiencia cómo reportero, comparte que en su localidad a las y los reporteros no se les proporcionan las herramientas necesarias para su desempeño, lo que les obliga a adquirir su propio equipo. Y en caso de que sí se les proporcione, suele estar en malas condiciones.
Los medios que han logrado sobrevivir son aquellos que cuentan con buen flujo de recursos por ser instituciones grandes, mientras que los medios medianos o chicos viven sin recursos; esto detona la brecha en la capacitación de las y los periodistas
“Hay una brecha de actualizaciones y de talleres, ya que a pesar de contar con mucha oferta, ¿de qué sirve?, si no hay quien logre pagar. Compañeros que ganan 40 o 100 pesos por nota no tienen acceso, porque ese dinero lo necesitan para su transporte, comprar equipo, para comer y alimentar a una familia; se necesitan más recursos para pagar un taller que en ocasiones cuesta hasta 2 mil 500 e implica dejar de trabajar para asistir a la capacitación”, señala Wendy Perez, colaboradora de Al Día, Dallas.
De igual forma, Óscar Balderas, reportero independiente especializado en temas de narcotráfico, trata de personas, derechos humanos y migración en Ciudad de México, considera que para hacer una investigación profunda se necesita tiempo y recursos, pero son escasos los periódicos que pueden invertir en ejercicios de ese tipo.
Esto propicia que casi no haya investigaciones periodísticas en los medios tradicionales, ya que no hay tiempo ni recursos suficientes. Por lo mismo, dejan de cumplir su función social de darle información útil a las personas para su vida diaria.
Estas condiciones ponen en duda la perspectiva idealizada del oficio. Medrano, al tener experiencia conviviendo con estudiantes, considera que tienen una idea muy romántica del periodismo cuando la realidad es mucho más triste, y siempre impulsa que las y los estudiantes hablen con periodistas para que vean que el escenario no es nada promisorio.
Con esta precarización, añade Medrano, no solo se daña las condiciones de los reporteros, sino también su trabajo, ya que es muy fácil hablar de prensa libre cuando tienes un buen salario, prestaciones, una familia que come bien todos los días e incluso puedes tener vacaciones, pero para la mayoría de los reporteros en México esas son cosas impensables.
SIN PROTECCIÓN
México es uno de los países más inseguros del mundo para ejercer el periodismo. En 2021, un total de 45 periodistas, cuatro periodistas ciudadanos y cuatro colaboradores fueron asesinados2. Ningún país registró más defunciones de periodistas. Y en lo que va de 2022, siete periodistas murieron en el ejercicio de su labor3.
Las y los periodistas de Guerrero, de acuerdo con Medrano, se han tenido que limitar la cobertura sobre la violencia a reportes sobre los hechos. El cierre de espacios y el involucramiento de miembros de la clase política han construido un ambiente de autocensura.
Por otra parte, Balderas afirma que existen muchos frentes para el periodista: grupos criminales que buscan callar al reportero a como dé lugar; un poder político que no quiere que se den a conocer compañerismos y corrupción; y empresas periodísticas que buscan maximizar sus ganancias al mantener los costos de producción bajos, por lo que el oficio se vuelve muy limitado a sólo informar sucesos.
“A mí me detuvo el Ejército y me golpeó, a otros compañeros les pasó lo mismo, fui levantado por el crimen organizado, ¿qué seguridad tenemos los periodistas, para hacer nuestra profesión en México?”, comparte Rodriguez, periodista de El Siglo de Torreón.
Para defender a las y los periodistas existen distintos organismos como el Mecanismo de Protección a Defensores de los Derechos Humanos y Periodistas4, cuya misión es proteger a personas defensoras de derechos humanos y periodistas que sufren agresiones con motivo de su labor.
Balderas forma parte de este mecanismo en una de las versiones más completas, donde cuenta con una escolta armada que lo sigue las 24 horas, ya que un reportaje puede molestar a las personas incorrectas.
Cuando un periodista se ve envuelto en una situación de inseguridad, resulta difícil acceder al sistema de protección debido a que la línea de contacto, en caso de querer realizar una denuncia, son casi imposibles de encontrar. Ante este problema, organizaciones no gubernamentales se han destacado para velar por su integridad, señala Rodríguez.
“A mí no me mandan ni a un tránsito para que me cuide, a mi no me mandan a nadie; Yo tengo que hablar a alguna organización porque no vas a encontrar en ninguna parte el teléfono de la organización de mecanismo de periodistas, no vas a encontrar una oficina de quejas o de denuncias a donde puedas acudir”, asegura.
Por otro lado, Medrano informa que en Guerrero existe el Fondo de Apoyo a los Periodistas que ayuda en momentos críticos como accidentes y enfermedades, pero en la práctica se tergiversa, por lo que muchos optaron por no entrar en él.
Brecha de Género
Desde la brecha salarial hasta la exclusión y discriminación por el trabajo que se les asigna son parte de la violencia de género que viven las mujeres en el ámbito periodístico
Las mujeres periodistas viven una violencia de género que las afecta particularmente en el ámbito editorial, desde una brecha salarial hasta una exclusión y discriminacion donde el trabajo que se les asigna se hace con base en roles de género; de acuerdo con Frutos, esto provoca que cuando una mujer decide cubrir la “nota roja” sea criticada al considerarse “machorra”.
“Aún al ser editora y jefa digital de la sección local en El País y contar con una maestría, la cual estudié en Argentina, en una plática entre amigos, me enteré que compañeros míos ganaban más que yo”, compartió Wendy Perez.
Esta violencia cotidiana ocasiona que las mujeres deban trabajar el triple que los hombres y por lo mismo es común tener una doble jornada laboral más el de la casa con las y los hijos ya que se tiene que laborar tanto en la redacción como en casa.
De acuerdo con Pérez, ser madre conlleva un esfuerzo extra en el medio al requerirse que las tareas sean cumplidas en tiempo y forma mientras que se cuida a la familia. Las horas durante el día resultan insuficientes para cumplir con ambas responsabilidades. En ocasiones las periodistas terminan renunciando o son despedidas al no cumplir con las expectativas de desempeño.
Para Frutos el tema del sexismo no sólo está presente en las redacciones porque fuera de la oficina ser mujer te hace correr más riesgo y es aún más peligroso sacar una nota o conseguir entrevistas por miedo a ser acosada por algún hombre desconocido. Las mujeres constantemente se exponen a que las miren extraño, a que las quieran agarrar o digan palabras inapropiadas, como frecuentemente se ve en videos y la audiencia lo toma como broma.
El tema del acoso laboral en las redacciones sigue sin sanciones o investigaciones debido a que se promueven a hombres que han sido señalados en el movimiento #MeToo; mientras que a las mujeres se les señala por haber acusado a su violentador, lo que provoca que algunas decidan abandonar al medio por la falta de escucha y seguridad que existe al hacer estas acusaciones, agrega Pérez.
Es un lugar común, pero no se puede dejar de decir: el periodismo es fundamental para la construcción de un sistema democrático. Las y los periodistas salen a la calle todos los días para contarnos las historias que, eventualmente, marcarán el rumbo de nuestras decisiones. En este sentido es preciso insistir en forma de pregunta: ¿en qué condiciones se hace periodismo en México?, ¿por qué la precarización de su trabajo no ha estado más presente en la discusión pública?, ¿qué mantiene la precarización del sistema laboral?, ¿a quién le beneficia?
Con la participación de Daphne Carolina Moreno Rodríguez.
Referencias
Rivera, A. (2020). “Ahora somos prácticamente esclavos” La precariedad laboral del periodismo en México [Tesis de Maestría]. Centro de Investigación y Docencia Económicas. http://repositorio-digital.cide.edu/bitstream/handle/11651/4251/167380.pdf?sequence=4&isAllowed=y
Sotomayor, G. (2022). México en cuarto lugar mundial por muertes de periodistas víctimas del covid-19. Proceso. https://www.proceso.com.mx/internacional/2022/1/7/mexico-en-cuarto-lugar-mundial-por-muertes-de-periodistas-victimas-del-covid-19-278691.html
Bárbara Ayuso. (2022). Siete periodistas asesinados en lo que va de año: ¿Por qué seguir informando en México?. Abril, 2022, de El País Sitio web: https://elpais.com/podcasts/hoy-en-el-pais/2022-03-10/por-que-seguir-siendo-periodista-en-mexico.html
Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Recuperado de: https://www.gob.mx/defensorasyperiodistas