Miradas de las y los creadores
Daniela Soria:
Desde que nos llegó la propuesta de realizar este documental supe que sería un proceso de mucho aprendizaje y retos. El principal desafío al cual nos enfrentamos fue la investigación. Al inicio era muy abrumador pensar en cómo íbamos a resumir el papel de las marchas del movimiento feminista en Nuevo León a un documental de 15 minutos, pero al adentrarnos más en el tema nos dimos cuenta que lo que queríamos hacer era desmitificar las ideas erróneas sobre las marchas feministas a partir de los testimonios de mujeres de distintos grupos. Espero que el público, al ver el documental, pueda sentir un poco de lo que es ser parte de una de estas marchas: el dolor, enojo, tristeza, pero también el optimismo y sororidad.
Javier Rosette:
Realizar un documental nunca es sencillo y la magnitud de este proyecto siempre fue intimidante, en especial por la complejidad del tema. Existieron varias versiones diferentes del proyecto, algunas que llegaron a durar hasta una hora. Por lo mismo, aprender cómo condensar toda esa información fue realmente retador. Desde nuestro primer planteamiento, siempre estuvimos de acuerdo en que el documental no se tratara únicamente de las marchas feministas en Monterrey, sino una visión de esperanza para el futuro. Con un grupo de mujeres extraordinarias, buscábamos construir una nueva mirada de esperanza en la que los medios raramente se enfocan. En el documental quisimos retratar no sólo una problemática, sino cómo el movimiento feminista ha seguido inspirando a mujeres a través de la inigualable sororidad.
Mar Flores:
El poder que una pieza documental puede llegar a tener sobre la percepción de un tema es complejo y bello. Tener la oportunidad de explorar una problemática a través de distintas voces fue un gran aprendizaje. El documental tuvo dos pilares para nosotros como realizadores: el peso emocional del tema y la pandemia como limitante; hablar del feminicidio y sus efectos en la sociedad, no fue sencillo porque como mujeres nos duele y nos preocupa. Por esto, al momento de hacer el documental queríamos que toda la narrativa fuera efectiva para proyectar esas emociones manteniendo un tono informativo a la vez. Tampoco fue fácil hacer un documental de esta magnitud en tiempos de pandemia, se tuvieron que hacer y evaluar muchas decisiones con tal de mantener los estándares de sanidad. Fue un reto que valió la pena.
Daniel Aleu:
Inicialmente documentar las marchas feministas sonaba ambiguo y sensible. Sin embargo, a través de las voces de increíbles mujeres, nos empezamos a dar cuenta que el problema viene desde el momento que no las escuchamos. Estamos en un presente complicado y nunca es fácil ver la realidad en la que vivimos. Los documentales, por su parte, pueden ofrecer una lectura alterna a narrativas tradicionales. Espero que con este trabajo las personas no vean las marchas feministas como algo regresivo, sino como el renacimiento de una sociedad civil.
Manuel Pérez Tejada:
Cuando la Agencia Informativa propuso realizar, a través de mi curso de Realización de Documentales, un cortometraje sobre las marchas feministas en Monterrey con material previamente grabado por estudiantes de periodismo, de inmediato pensé en Daniela, Mar, Javier y Daniel porque sabía que trabajaban muy bien en equipo, entregaban producciones de calidad y estaban interesados en el tema. El proyecto requirió calificar y organizar un vasto material audiovisual y grabar, bajo las restricciones impuestas por la pandemia (entrevistas y b-roll). Además, el curso exigía realizar una edición en papel: transcribir íntegramente cada entrevista y seleccionar frases clave de cada una para construir un argumento coherente y emotivo antes de editar frente a la computadora. El equipo resolvió estos retos con creces y trascendieron al mero aprendizaje significativo, ya que presentaron una valiosa contribución a la discusión sobre el feminismo en la esfera pública.