Por Kurt Lester Benze Hinojosa
Maestro en Humanidades y catedrático de la UDEM
La crisis venidera
Si deseamos tener una idea de lo que podemos esperar de la economía de nuestro país en los siguientes años, debemos entender primero la situación internacional —particularmente la de Estados Unidos (EEUU)—, pues nuestra supervivencia económica dependerá de qué tan bien estemos preparados para recibir el golpe de una recesión o depresión global. Antes que nada, debemos remontarnos 10 años en el pasado, a la recesión mundial de 2008.
Como ya es bien sabido, la recesión económica de 2008 ocurrió tras la explosión de una burbuja inmobiliaria que inició a finales de los 90, y que se fortaleció incluso mientras la anterior “burbuja NASDAQ” o “punto com” se reventaba ruidosamente. Las burbujas persisten basadas en una inflación y expansión de crédito constantes —así como en un ambiente de optimismo extremo dentro del mercado— pero eso es precisamente lo que las vuelve frágiles: siempre se llega a un punto en que la inflación se sale de control. En 2007, EEUU estaba tirando 800 mil millones de dólares alrededor del mundo, que se acumulaban en los bancos centrales, pero, como no había suficientes bonos para absorber todo ese dinero, los bancos adquirieron bonos de años anteriores, elevando sus precios y bajando sus rendimientos, lo cual redujo las tasas de interés y agregó todavía más leña al fuego del mercado inmobiliario.
Así fue como EEUU perdió todo control sobre las tasas de interés. A mediados de 2006, la Reserva Federal se vio forzada a elevarlas, pero eso ocasionó que las firmas de Wall Street que manejaban las llamadas hipotecas subprime (préstamos que no podían ser pagados regularmente, o del todo) se desintegraran. Así inició un efecto en cadena que tumbó dramáticamente los precios de las propiedades, el resto es historia.
¿Qué fue lo que hizo EEUU para combatir la recesión? El gobierno de Barack Obama y la Fed, Sistema Federal de Reserva (entonces dirigida por Ben Bernanke) tomaron medidas como la nacionalización de instituciones en problemas (conservatorship de Fannie Mae y Freddie Mac, inversión en activos de más de 600 bancos); el programa Term Auction Facility, que le permitió a los bancos obtener préstamos de la Fed a cambio de garantías; el Debt Guarantee Program, que garantiza a los bancos sus valores de deuda que tienen mayor prioridad en caso de default; nuevas reglas creadas por la Financial Accounting Standards Board, que permitieron a los bancos valuar sus propios activos más problemáticos; y, last but not least, la medida más agresiva de todas: la quantitative easingo (flexibilidad cuantitativa), que consiste en inyectar liquidez al mercado mediante la compra de deuda y el consecuente aumento en los suministros totales de dinero. Se dieron tres rondas de QE que concluyeron en octubre de 2014, después de acumular $4.5 trillones (escala corta) de dólares en activos.1
¿Cuál de estas medidas atacó el problema de raíz? Ninguna. Ni siquiera se acercaron a esa noción. Al contrario, de manera sorprendente se logró reinflar la burbuja. De haber tocado un fondo de mil 500 puntos en diciembre de 2008, el índice NASDAQ se elevó a unos increíbles 7 mil 900 puntos en septiembre de 2018.
Sin embargo, después de llegar a esa cima, el NASDAQ ha caído de manera importante. En el momento en que escribo esto (enero de 2019), ronda los 7 mil puntos. El ambiente de optimismo desenfrenado que ha mandado desde 2015 parece empezar a tambalearse. JPMorgan afirma que hay un 35 por ciento de probabilidades de que ocurra una recesión en 2019, y 70 por ciento en 2020.2 Por supuesto, no todos comparten esta visión negativa: un análisis de Goldman Sachs afirma que hay una muy baja probabilidad de que haya una recesión en 2019 (por falta de detonantes visibles, dicen), y sólo aumenta a 36 por ciento en tres años. ¿A quién creerle? Consideremos que la crisis de 2008 nunca fue realmente resuelta, y ya vamos en la tercera burbuja consecutiva desde mediados de los 90. La recesión es inevitable, y entre más se posponga, más fuerte golpeará, pues estará cayendo desde una mayor elevación. Las crisis políticas y la polarización que hay alrededor del mundo sólo irritan la situación; de hecho, no dudo que vayan a ser lo que impulse la siguiente depresión. Si bien hay un cierto optimismo por parte de varias autoridades, recordemos que también figuras como Alan Greenspan, Robert Skidelsky, Paul Krugman y Joseph Stiglitz (entre muchos otros) consideraban improbable una recesión poco antes de que estallara la burbuja inmobiliaria en 2008. Cuando todo se cayó, dijeron que era imposible preverla, a pesar de que analistas como Nassim Nicholas Taleb, Peter Schiff y muchos otros estuvieron advirtiéndola desde años antes. Y lo están volviendo a hacer ahora.3
Las políticas y promesas económicas de AMLO
En primer lugar ¿Cuál es la estrategia económica de Andrés Manuel López Obrador? ¿Es él un socialista? Y de serlo, ¿a qué tipo de socialismo se suscribe? ¿O será acaso un centrista o incluso un derechista, disfrazado de izquierdista? ¿O quizás secretamente sea un dictador de corte bolivariano, que intenta mostrar una falsa fachada amable ante la comunidad empresarial del país? Se dicen demasiadas cosas de él; ha estado envuelto en ruido desde hace casi 20 años.
Un artículo de Alejandro de Coss4 muestra un análisis (acertado, en mi opinión) de las propuestas económicas del Proyecto de Nación 2018-2024 de Morena —si bien se limita sólo a lo escrito en ese documento—, y concluye que el proyecto de AMLO es marcadamente “burgués” pues, en general, propone una continuidad en políticas económicas.
Ciertamente no hay rasgos “bolivarianos” ni radicalismo socialista en ese papel, pero sí un intervencionismo fuerte por parte del estado. El enfoque está en el combate a la corrupción, la eliminación de la influencia de grupos oligárquicos en los procesos económicos y comerciales, responsabilidad fiscal, y una inversión sumamente grande en nuevas infraestructuras (sobre todo en el sur del país), con el objetivo de detonar una expansión en el desarrollo agrícola y urbano. Conociendo estas propuestas, no sorprende que AMLO frecuentemente haya sido comparado con Bernie Sanders.
Entonces, sabemos bien que a AMLO le gusta el gobierno grande, con tentáculos enrollados alrededor de tantas áreas como sea posible. Sus proyectos y promesas son extremadamente ambiciosos: construir un “Tren Maya”, actualizar vías ferrocarrileras, pavimentar 300 caminos y carreteras en Oaxaca, proveer de internet a todo el país (con acceso libre en escuelas, hospitales y espacios públicos), doblar pensiones a adultos mayores, otorgar asistencia financiera regular a un millón de personas discapacitadas, crear 100 universidades públicas, eliminar exámenes de admisión a universidades, otorgar pagos mensuales a estudiantes de primaria y secundaria para evitar la deserción escolar, incrementar salarios a trabajadores de varias áreas (maestros, doctores, enfermeras, soldados y policías), doblar el salario mínimo en la frontera norte, becar a 2.3 millones de jóvenes, hacer que la economía mexicana crezca al menos 4 por ciento anualmente, mover secretarías a diferentes estados, recortar los salarios de funcionarios públicos, congelar los precios de gas por tres años, y revitalizar Pemex, entre varios otros. Todo esto, dice, lo logrará sin gastar más de lo que el gobierno recibe.
¿Cómo pretende lograr todo eso? Nadie sabe, en realidad; AMLO nunca ha sido muy bueno dando detalles. El dinero que obtenga mediante ahorro, austeridad, recortes y combate a la corrupción es incierto, y es más que cuestionable que logre conseguir las cantidades necesarias para financiar esos proyectos solamente a través esas medidas. Un gasto gubernamental elevado necesariamente implica deuda, así como elevación de impuestos. Consideremos que la deuda externa actual de México asciende a los 200 mil millones de dólares. Es prácticamente imposible pensar en una fuente de financiamiento efectiva y sostenible bajo estas circunstancias. Una fuerte (por no decir inminente) amenaza de estanflación siempre va a estar presente en una situación así.
¿Qué va a suceder, entonces? ¿Cómo logrará AMLO conciliar las contradicciones dentro de su plan de gobierno? En este punto, no hay manera de saberlo. En sus primeros meses de gobierno han resaltado las alzas en el presupuesto otorgado a estados del sur (como AMLO prometió que lo haría), pero falta ver si ese dinero será implementado de manera eficiente. Igualmente, sus medidas para combatir el robo de hidrocarburos han resultado en un muy preocupante desabasto de combustible en varios estados del país, que ha durado semanas, sin olvidar los gastos importantes que ha hecho el gobierno en la restructuración logística de distribución y vigilancia del combustible. La afectación a la población general fue muy visible, pero aún no podemos hacer una evaluación clara de sus efectos sobre el comercio, distribución de mercancías y productividad laboral general. Tendremos que esperar meses para tener una idea mejor definida acerca de las implicaciones globales de esta nueva “guerra contra el huachicol”.
¿El México de AMLO está preparado para enfrentar una recesión global?
El triunfo de AMLO en las elecciones de julio pasado fue arrollador, y estuvo marcado por una esperanza enorme que el pueblo mexicano proyectó (y continúa proyectando) sobre él, después de dos sexenios caracterizados por una amplísima inseguridad, inflación, corrupción e impunidad. Las expectativas de la gente son enormes y, francamente, imposibles de cumplir. ¿Cómo reaccionará la población cuando eso se vuelva muy evidente? Nadie puede saberlo con exactitud; sólo se puede esperar que no resulte en una violencia demasiado alta, ni en un mercado demasiado desinflado.
Desde los años 70, la incertidumbre siempre ha sido la regla en la economía mexicana. Hemos atravesado por cuatro crisis económicas mayores desde aquella época. Esa incertidumbre no ha dejado de reinar y probablemente continuará durante mucho tiempo, pero lo que hoy podemos saber con seguridad es que; 1) la situación económica internacional es débil; 2) hay una probabilidad alta de que ocurra una recesión global en los próximos años; 3) México tiene una deuda externa muy alta y un mercado interno muy débil; y 4) no hay nada en el proyecto de AMLO ni en sus acciones actuales que nos hagan pensar que se está preparando para enfrentar unta crisis.
¿Qué es lo que la gente de a pie puede hacer ante esta situación tan inestable? Ahorrar y evitar acumular deuda es esencial. Igualmente, desarrollar diversas habilidades laborales, realizar una contabilidad regular de las propias finanzas y buscar inversiones (bolsa de valores, metales preciosos, bienes raíces, divisas extranjeras, etc.) que permitan formar un escudo frente a emergencias económicas es más que recomendable. Ante todo, debemos estar muy alertas frente a los movimientos y cambios políticos y económicos.
Referencias:
Duncan, R. (2009). The Corruption of Capitalism [versión para Kindle]. Recuperado de Amazon.com
Durden, T. (2018, 10 de diciembre). Recession Odds Soar to 70% In Two Years, According to JPMorgan. Recuperado de https://www.zerohedge.com/news/2018-12-10/recession-odds-soar-70-two-years-according-jpmorgan?fbclid=IwAR2-ExEyIvTPXfjD5g7sXF4yIjuiXegfg9F-nQYy9a7iGRbMNxByzSB6uwI
Holmes, F. (2018, 5 de noviembre). The ‘Black Swan’ Author Just Issued a Powerful Warning About Global Debt. Forbes. Recuperado de https://www.forbes.com/sites/greatspeculations/2018/11/05/the-black-swan-author-just-issued-a-powerful-warning-about-global-debt/#2a1303064405
de Coss, A. (2018). AMLO o la contradictoria continuidad del capitalismo. Cuadrivio. Recuperado de https://cuadrivio.net/amlo-o-la-contradictoria-continuidad-del-capitalismo/
Banxico. (2019). Datos económicos y financieros de México. Recuperado de http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadroAnalitico&idCuadro=CA126§or=12&locale=es
Fernández, H. (2018, 18 de diciembre). Next US recession will be ‘much worse’ than the last: Euro Pacific Capital CEO Peter Schiff. Fox Business. Recuperado de https://www.foxbusiness.com/economy/next-us-recession-will-be-much-worse-than-the-last-euro-pacific-capital-ceo-peter-schiff
Goldman Sachs. (2018). 2019 Outlook: The Home Stretch [archivo PDF]. Recuperado de https://www.goldmansachs.com/insights/pages/outlook-2019/us-outlook/report.pdf
Proyecto de Nación 2018 – 2024 [archivo PDF]. (2017). Recuperado de http://morenabc.org/wp-content/uploads/2017/11/Plan-de-Nacion-de-Morena.pdf
Wolfers, J. (2014, 29 de octubre). The Fed Has Not Stopped Trying to Stimulate the
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