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¿Cómo clasificar a AMLO? (Breve historia de la izquierda en México)

Por José Luis Berlanga Santos

Maestro en Ciencias Políticas por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y catedrático de la UDEM


¿Qué tipo de gobierno encabeza AMLO? A 100 días del inicio de su presidencia, resulta difícil hacer un balance y más complicado predecir su futuro. Algo que podría dar un poco de luz es acudir a la historia y tratar de ubicar a López Obrador en la tradición de la izquierda en México.

Los orígenes

Como se sabe, el término “izquierda” surge con la Revolución Francesa. Los que se sentaban a la izquierda en la Asamblea Nacional estaban en contra del status quo. Los de la derecha estaban a favor. El sello de identidad de la izquierda será, desde su origen hasta la actualidad, resolver la cuestión social, gran problema planteado por las sociedades modernas capitalistas.

Un primer apunte relevante: en México hay tres izquierdas, no solo una. El origen de la izquierda en nuestro país se puede fechar en 1871 con La Social, organización política fundada por el médico griego Plotino Constantino Rhodakanaty. La Social estaba inspirada por el socialismo romántico europeo, principalmente por el escritor francés Charles Fourier. Defendía el asociacionismo, la cooperación y la fraternidad frente a la explotación y la distribución inequitativa de bienes materiales y espirituales. Con el ascenso al poder de Porfirio Díaz, hay una fuerte represión de los socialistas románticos.

La izquierda cristiana en México surge bajo la inspiración de la encíclica Rerum Novarum, promulgada por el Papa León XIII. Ya en 1863 estaba la Asociación de Señoras de la Caridad de San Vicente de Paul. En 1908 se creó la Unión Católica Obrera (UCO).

A principios del siglo XX, la izquierda socialista se expresa a través del anarquismo. Liderada por Ricardo Flores Magón y su periódico Regeneración, tendrá influencia en las huelgas mineras de Cananea (1905) y Río Blanco (1907). El triunfo de la Revolución Rusa influye en la génesis del Partido Comunista Mexicano (PCM) en 1919. Ahí se unen resabios del socialismo romántico, dictados de Moscú (a través del enviado Mijail Borodin) y el anticolonialismo de Manabendra Nath Roy (libertador de la India exiliado en México, quien después se hará muy cercano a Lenin).

La Revolución Mexicana dio pie al surgimiento de la izquierda nacionalista; se destacan los derechos sociales y la soberanía nacional. La máxima expresión del nacionalismo revolucionario fue la Expropiación Petrolera llevada a cabo por Lázaro Cárdenas en 1938.

De este modo, quedaron ya configuradas históricamente en México las tres izquierdas que perviven hasta el día de hoy: 1) la izquierda socialista, 2) la izquierda cristiana y 3) la izquierda nacionalista.

Tiempos de autoritarismo

A nivel internacional, la clase obrera y sus organizaciones (sindicatos) han sido destinatarios centrales del mensaje de la izquierda. En México, el régimen post-revolucionario logró controlarlos a través del corporativismo (apoyo político a cambio de beneficios sociales). Álvaro Obregón sentó las bases del pacto corporativo con los líderes obreros que luego sellaría Lázaro Cárdenas. Pese a ello, hubo algunas rebeliones sindicales: a) Huelga nacional de inquilinos (en los años 20); b) Movimiento Revolucionario del Magisterio (1957), encabezado por Othón Salazar; c) Huelga de mineros en Nueva Rosita, Coahuila (1950); d) Movimiento ferrocarrilero (1958), liderado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa.

La Revolución Cubana (1959) influyó en el país (tanto dentro como fuera del régimen). En 1965, se inicia la lucha guerrillera en México con el asalto al cuartel de Madera, Chihuahua. En los 70 aparecen guerrillas urbanas (Liga 23 de Septiembre y Fuerzas de Liberación Nacional en Monterrey) y rurales (Partido de los Pobres de Lucio Cabañas en Guerrero).

En 1994, aparece el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con influencia de la izquierda marxista (Subcomandante Marcos) y la izquierda cristiana (Obispo Samuel Ruíz).

La Teología de la Liberación surge en América Latina en los 60. Promueve “la opción por los pobres” como guía para la acción católica. El Secretariado Social Mexicano (SSM) suscribirá esta tesis en la 2da Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Medellín, Colombia (1968).

El SSM, constituido desde 1920, creó la Confederación Mexicana de Cajas Populares (1957), la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga (1962) y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) en 1964. El movimiento estudiantil del 68 fue antiautoritario, favorable al espontaneísmo, la democracia directa, la organización horizontal y la fraternidad. Fue el inicio del largo proceso de transición a la democracia en México. Sigue siendo fuente de inspiración para las izquierdas emergentes que revisaremos en el siguiente apartado.

La izquierda socialista tuvo expresiones partidistas. El Partido Comunista Mexicano (PCM) perduró a lo largo del siglo XX. En 1981, se vuelve el Partido Socialista Unificado de México (PSUM). El trotskismo tuvo, entre otros, al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que postuló para la presidencia a Rosario Ibarra de Piedra en 1982 y 1988. Y el maoísmo a la Organización de Izquierda Revolucionaria-Línea de Masas (OIR-LM), por ejemplo. Uno de sus principales líderes era Alberto Anaya, posterior fundador y actual dirigente del Partido del Trabajo (PT).

La izquierda nacionalista se expresó principalmente a través del partido de Estado, el PRI, pero también hubo expresiones partidistas opositoras como la de Heberto Castillo y el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT). En 1987, el Partido Mexicano Socialista (PMS) aglutinó al PSUM, al PMT y otros.

En ese mismo año, 1987, destacados miembros del PRI rompieron con el partido: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador. La causa: su molestia con la tecnocracia gobernante por el abandono del proyecto nacionalista de la Revolución Mexicana. En la campaña presidencial de 1988, Heberto Castillo declinó su candidatura a favor de Cuauhtémoc Cárdenas. En 1989, se creó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) formado por nacionalistas y socialistas, que postuló a López Obrador para la presidencia de México en 2006 y en 2012. Después de las elecciones presidenciales de 2012, este se separa del PRD y funda el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en oposición al Pacto por México y las reformas estructurales “neoliberales” apoyadas por PRI, PAN y PRD.

Izquierdas emergentes


Con el derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1989, el comunismo entró en caída. Surgieron las izquierdas emergentes vinculadas con movimientos sociales que reclaman democracia participativa, multiculturalismo, equidad de género, pacifismo, expansión de derechos para minorías, agenda ecológica y ética cívica. A partir de la Gran Recesión económica de 2008, las izquierdas emer-

gentes critican los pactos turbios entre la clase política y los dueños del dinero.

En México también hay izquierdas emergentes como #yosoy132, movimiento de jóvenes contra la falta de ética en la política, y la colusión entre Televisa y Enrique Peña Nieto,

candidato del PRI a la presidencia en 2012. O, un año antes, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta católico Javier Sicilia, quien señaló los elevados costos humanos de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el presidente Felipe Calderón.

Desde el nombre de su partido, “Movimiento Regeneración Nacional”, está clara la ubicación de AMLO dentro de la izquierda nacionalista. (Aparte de su trayectoria vincula-

da al nacionalismo revolucionario del PRI). “Regeneración” significa reconstruir la nación desfigurada por el proyecto neoliberal o “neoporfirista”. La soberanía de los recursos energéticos, por ejemplo, está en el centro de la propuesta política de AMLO.

Pero también López Obrador tiene en su ideario un fuerte nexo con el socialismo romántico. AMLO identifica a “el pueblo” con las clases productivas (empresarios honestos y trabajadores manuales) y los desposeídos: un pueblo unitario, bueno y homogéneo confrontado con las clases “parasitarias” (especuladores, políticos corruptos, monopolistas).

En referencia a las izquierdas emergentes, AMLO se encuentra distante de agendas ecológicas, de jóvenes, de mujeres y multiculturales: en vez de un Estado plurinacional (como en Bolivia), AMLO comparte la mestizofilia del nacionalismo revolucionario. En lo que sí coincide AMLO con las izquierdas emergentes es en la construcción de un Estado de Bienestar (como alternativa al modelo neoliberal), en la erradicación de castas corruptas (combatir el tráfico de influencias) y en radicalizar la democracia (empoderamiento de las clases populares).


Gobierno de AMLO

Como presidente, López Obrador ha sido consistente con el tipo de izquierda que representa: la nacionalista revolucionaria. Ha puesto el énfasis en programas sociales (la asignación del Presupuesto 2019 así lo refleja) para atender a adultos mayores, jóvenes, personas con discapacidad, campesinos, entre otros. Y el Estado se ha vuelto más activo en la economía impulsando megaproyectos de obra pública como el Tren Maya y la nueva refinería en Tabasco. La soberanía energética fue una de las principales banderas que se izaron en el combate al “huachicoleo” (robo de combustible). Medidas como la eliminación de pensiones a ex presidentes o reducción de sueldos a altos funcionarios, simbolizan la lucha contra los privilegios de la élite política. Finalmente, mecanismos de democracia participativa como consultas populares y revocación de mandato (que se pretenden llevar a nivel constitucional) refrendan la idea romántica de AMLO respecto al “pueblo sabio y bueno”.

Temáticas como la violencia de género (el quitar apoyo presupuestal a refugios para mujeres víctimas de agresiones físicas), ecológicas (el actor Diego Luna ha denunciado oportunamente el escaso entusiasmo gubernamental en la materia) o multiculturales (la consulta a comunidades indígenas previa a proyectos de desarrollo), temáticas propias

de las izquierdas emergentes, no parecen ser prioritarias en el nuevo gobierno.

Los otros dos tipos de izquierda en México siguen ahí.


CIERTAMENTE, MUCHOS INTEGRANTES DE LA IZQUIERDA SOCIALISTA APOYAN A LÓPEZ OBRADOR, PERO NO TODOS.


Desde el marxismo, el EZLN ha mantenido una posición muy crítica frente al gobierno de AMLO. Desde un socialismo más fresco, y menos tradicional, los jóvenes pegados en torno a Wikipolítica (y herederos de #yosoy132 y el movimiento del 68) ya están por fundar el “Partido Futuro” en Jalisco. Y en cuanto a la izquierda cristiana, su figura política más destacada es el senador independiente Emilio Álvarez Icaza, quien encabeza el movimiento “Ahora”. Organizaciones como Cencos, Alianza Cívica y el Movimiento por la Paz de Javier Sicilia, también se inscriben en esta corriente.

A corto plazo, la gran popularidad de AMLO hará que la izquierda nacional-revolucionaria sea la hegemónica en México y que opaque a las otras dos izquierdas. Pero si el Presidente sigue menospreciando las agendas de las izquierdas emergentes, podría tener en el mediano plazo una oposición robusta en el mismo seno de la izquierda mexicana.


 

Nota

*El presente texto tiene como principal fuente de inspiración al libro de Carlos Illades,“El futuro es nuestro. Historia de la izquierda en México”, Editorial Océano, México, 2018.

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