Por: Samuel Sierra
Desde que tengo memoria los viernes son de pizza;
de parar el reloj,
y brindar por la salud.
Pero los viernes suceden y huyen más rápido que antes
y cada semana se vuelve más corta
que la anterior
Lo mismo con los pasos de la sangre que marcha por tus venas y con el aleteo del ruiseñor,
lo mismo con los chasquidos, el parpadeo, los besos y los versos,
lo mismo con los días, las quincenas y los meses,
lo mismo con los años,
lo mismo.
El tiempo pretende arrebatarnos;
nosotros,
con nuestro tinto de verano,
le plantamos cara.