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Asia toma el liderazgo en el Sistema Internacional


Por: Víctor Edgar Sánchez Gallegos

Maestría en Estudios de África y Asia con especialidad en Corea; Director del Programa académico de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad de Monterrey.



El sistema internacional está pasando por un momento de crisis y ruptura sin precedentes en la historia de la humanidad. Después de las Guerras Mundiales surgió un nuevo orden internacional, con la COVID-19 podemos decir que hay un antes y un después. Hay un parteaguas en el sistema que nos lleva a la nueva normalidad en el mundo que conlleva una reconformación del status quo. Sin haber una tercera Guerra Mundial, viviremos el resurgimiento de un nuevo mundo con profundos cambios económicos, políticos, e incluso sociales, que nos harán repensar, analizar y reconfigurar el rumbo que debemos tomar como sociedad.

Esa reconformación está invadida de duda imperante en todos los aspectos; por ello, es importante el papel de los gobiernos y de los líderes mundiales, de las organizaciones internacionales, de las empresas, de las ONG y asociaciones civiles para hacer frente a la pandemia. En estos momentos de crisis, la cooperación de los actores internacionales es vital.

Se han generado nuevos retos para el Estado y la preservación de la seguridad humana. En este contexto se ha podido vislumbrar las fortalezas de algunos países, al mismo tiempo que se han exhibido las debilidades de otros, así como los problemas estructurales que han afectado directamente al manejo de la pandemia.

De igual manera se han visibilizado liderazgos y opacado otros. China ha destacado a través de su cooperación, la cual podría interpretarse como una estrategia de soft power, por lo que han recibido muchas descalificaciones de sus adversarios estadounidenses.

ORIGEN DE LA PANDEMIA

Wuhan, China se convirtió en la primera ciudad en declarar la cuarentena el 22 de enero. Días después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo su primera reunión para abordar el tema. Por su parte, el presidente Xi Jinping envió médicos militares a dicha ciudad cuando se alcanzaron los 287 muertos.

Sin embargo, la percepción de la opinión pública internacional sobre el gobierno chino cambió cuando se construyó un hospital en pocos días para atender a los pacientes de la COVID-19, con lo cual se pudo ver la capacidad de respuesta gubernamental y económica del gigante asiático. Además, se aplicaron medidas serias para restringir la movilidad, como el uso de drones que alertaban a la población de no salir de sus hogares y se obligó el uso de cubrebocas.

Cabe señalar que en 2003 pasaron por el SARS y ya tenían cierta experiencia en epidemias; por ello, en los primeros artículos que se escribieron sobre el tema siempre se hacía referencia a ese virus que quedó por mucho sobrepasado en letalidad por la COVID-19, la cual se propagó a nivel mundial en pocos meses, convirtiéndose en una de las peores pandemias de la historia.

COREA DEL SUR, UN CASO DE ÉXITO

Uno de los estados más exitosos en el control de la propagación de la pandemia fue Corea del Sur, ya que la cultura, civilidad de la población y el papel del gobierno del presidente Moon Jae-in fueron pieza clave para contener los contagios: se restringió la movilidad al aparecer los primeros casos y se realizaron pruebas masivas que permitieron mitigar la pandemia.

Podemos sintetizar la estrategia en la expresión coreana “pali, pali” que significa rápido, rápido; con ello, analizaron gratuitamente a 20 mil personas por día en un país con 50 millones de habitantes.

Los exámenes se hacían desde el auto y en pocas horas les daban el resultado. Si salían diagnosticados positivo tenían que aislarse para no contagiar a otros ciudadanos. Por otro lado, el Centro de Corea de Control de Enfermedades rastreó a las personas a través de sus tarjetas de crédito y del GPS de los celulares para ver la movilidad de la población. De esa manera fue posible restringir a los sospechosos recomendándoles el aislamiento.

IMPACTO ECONÓMICO

El impacto económico de la pandemia a nivel mundial es trágico debido al confinamiento: poco consumo, caída de los precios del petróleo, entre muchos otros factores. A nivel comercial se cerraron grandes sucursales de cadenas de ropa y restaurantes alrededor del orbe. La quiebra de empresas y los cierres han generado despidos; por lo cual, los índices de desempleo son muy altos en muchos países.

Las economías latinoamericanas son las que han tenido más pérdidas humanas y económicas en el mundo. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se tendrá un retroceso de 10 años. Algunos ya dicen que estamos en la nueva “Década Perdida”.

Según el informe del Impacto Económico en América de la COVID-19 de la CEPAL[1], la economía mundial presentará en 2020 una caída del producto bruto mayor a la observada en varias décadas: se prevé una contracción del PIB mundial en torno al 2 % con una mayor contracción en las economías desarrolladas que en las emergentes.

Para la eurozona una caída de casi el 6 % (1,2 % de crecimiento pronosticado en diciembre) y para Japón una contracción de más del 4 %. En el caso de los Estados Unidos prevén una caída de casi el 4 % (frente a un crecimiento del 1,9 % pronosticado en diciembre de 2019), y para China un crecimiento menor al 2 % (5,8 % pronosticado en diciembre)1.

Con estos datos podemos ver que el panorama económico mundial entrará en una crisis sin precedentes y muchos Estados en el sistema internacional ya están en recesión, lo cual generará un incremento en los índices de pobreza.

POLÍTICA MUNDIAL

El papel de China en el sistema internacional ha sido muy relevante. Ocuparon el liderazgo que pensábamos iba a tener Estados Unidos. Su diplomacia se ha caracterizado por mantener la cooperación con los países que lo solicitaron. Enviaron equipos de médicos y ayuda a países afectados por la crisis. Los Estados beneficiados fueron: Italia, Irán y España, Francia, Bélgica, Estados Unidos, Afganistán, Bangladesh, Camboya, Laos, Maldivas, Mongolia, Birmania (Myanmar), Nepal, Pakistán y Sri Lanka, así como algunos países de América Latina y el Caribe, como México.


Esto ha generado que desde Washington se les descalifique echándoles la culpa de haber creado el virus. Aparte de ello, la guerra comercial, con o sin pandemia, no ha parado. Dicha guerra se ha caracterizado por ser álgida y activa. Lo que inició como una guerra económica escaló a un incidente diplomático que llevó a las dos potencias a cerrar sus consulados.

Este ha sido uno de los puntos más críticos de dicha guerra comercial, la cual ha sido considerada como “La Nueva Guerra Fría”. La diferencia es que ahora no se habla de luchas ideológicas sino de temas comerciales, tecnológicos y de patentes.


Macarena Vidal Liy y Amanda Mars[2], corresponsales del diario El País en Pekín y Washington respectivamente, calificaron la relación entre las dos naciones como una espiral de amenazas, sanciones y acusaciones de espionaje de consecuencias imprevisibles.

“Desde la confrontación en los ámbitos comerciales y tecnológicos hasta la competición armamentística y la lucha por la influencia en los distintos continentes, los dos gigantes protagonizan un pulso por la hegemonía global repleto de peligros y de final incierto”, escribieron las periodistas2.


La presencia del país asiático en el mundo ha cobrado más visibilidad que la de Estados Unidos, sobre todo en África. Contrasta que la última vez que se hizo una visita de estado a África por parte de Estados Unidos fue en 2015, durante el gobierno de Barack Obama, mientras que China ha realizado 79 visitas a 43 países africanos en los últimos 10 años2.

Otro caso es el cinturón de OBOR, conocido como la nueva ruta de la seda por iniciativa Xi Jinping en 2013. El proyecto abarca tres continentes conectados por vías marítimas y férreas que unirán a Beijing con tres continentes: Asia, África y Europa. El proyecto impacta a 60 países incluyendo a los de medio oriente en Asia. Si bien el proyecto está en proceso, amenaza los intereses de los estadounidenses en las regiones que serán parte del cinturón.

China ha entendido que puede posicionarse como líder a través de lo que el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría, identificó como una de las estrategias más necesarias para resolver los problemas que dejará la pandemia: la cooperación internacional.

No sólo la cooperación internacional ha sido dominada por los chinos sino también la parte del liderazgo internacional. Uno de los ejemplos lo encontramos en la reunión virtual del G20 en donde China destacó al ofrecer la inyección de cinco mil millones de dólares a la economía mundial.

LA CARRERA POR LA VACUNA


Dentro de un panorama mundial inseguro, dominado por la incertidumbre internacional, hay que sumar la carrera para obtener la vacuna. Las grandes potencias compiten por ver qué país será el primero en sacarla.


Los laboratorios AstraZeneca en conjunto con la universidad de Oxford en Inglaterra anunciaron el 21 de julio el avance de una vacuna, lo cual trajo esperanza al mundo y un gran respiro a los mercados internacionales que reaccionaron positivamente. Además los esfuerzos diplomáticos y la cooperación internacional, hicieron que México y Argentina sean en Latinoamérica los que produzcan la vacuna para la región.


Los rusos se posicionaron fuertemente en la carrera con su creación de la vacuna Sputnik V. Los chinos anunciaron estar trabajando en la vacuna a través de los laboratorios CanSino, Sinopharm y Sinovac. Y Estados Unidos firmó un contrato millonario con los laboratorios Johnson & Johnson.


Ante esto, uno de los grandes dilemas y retos que enfrentaremos con la competencia por ver quién sacará primero la vacuna, es si la vacuna será efectiva ante la urgencia en la que están trabajando los laboratorios y los gobiernos para sacarla al mercado.


Sin lugar a dudas la pandemia ha traído muchas enseñanzas y reflexiones al mundo y replantea un nuevo orden internacional y mayor presencia de China en el sistema internacional contrarrestando a los Estados Unidos, abriendo la puerta a la llamada “Nueva Guerra Fría” por el choque de poderes de estas dos potencias. El sistema internacional estará dominado por esta nueva coyuntura durante los próximos años.


La tarea será cómo hacer frente a los problemas derivados de la pandemia. Los Estados deben considerar todo su entorno y a todos los actores para poder crear estrategias y políticas públicas que nos lleven a salir de la crisis. La comunidad internacional debe trabajar de la mano con el gobierno local y federal, con las asociaciones civiles, las ONG, con las organizaciones internacionales y las empresas. De esta manera se podría aspirar a solucionar los efectos de la pandemia.


 

Referencias [1] CEPAL. (2020). Informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus. (COVID-19). Recuperado de https://www.cepal.org/es/publicaciones/45602-informe-impacto-economico-america-latina-caribe-la-enfermedad-coronavirus-covid [2] Vidal, M., Mars, A., González, A. et al. (2020). EE UU vs China: escenarios de la nueva guerra fría. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2020-07-25/ee-uu-vs-china-escenarios-de-la-nueva-guerra-fria.html

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