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Aproximaciones para reivindicar el valor literario del reggaetón


Ana Eugenia Canepa Unger: Egresada de la Licenciatura en Psicología y la Licenciatura en Letras por la Universidad de Monterrey (UDEM).





A pesar de su fama comercial, las academias musicales le dan al reggaetón poco reconocimiento al valor que puede aportar. Es un género musical que ha tenido una connotación negativa desde antes de que fuera reconocido como tal. Esto se debe a que, a primera vista, se califica como vulgar y corriente por la temática generalmente sexual que maneja, así como por sus orígenes urbanos.

Esta música empezó a producirse en las calles de Puerto Rico y Panamá a finales del siglo XX, y transmitía las situaciones experimentadas por las clases sociales más marginadas. Actuaba como una especie de contracultura, ya que representaba valores, tendencias y formas sociales que chocaban con los establecidos dentro de una sociedad. Esto causó que en sus inicios fuera censurada por iniciativas legales, a lo cual los artistas contestaron, defendiendo que su música era el reflejo de una realidad social que sí existe. Al final, los intentos de censura fueron contraproducentes, ya que los reggaetoneros se esforzaron por producir música más comercial, y la juventud de clase media, gracias a la atención mediática, comenzó a descubrir e identificarse con la música del reggaetón. En este contexto surgió la canción Gasolina1 y el resto es historia.

En la actualidad los sonidos que se incluyen dentro de esta música híbrida incluyen trap, hip-hop, reggae, dancehall, salsa, bachata, vallenato, rock, funk y cumbias. Es evidente que el reggaetón, al igual que la cultura latinoamericana, es resultado de un mestizaje de los diferentes sonidos del continente. Para el año 2021, el reggaetón lleva más de 15 años consecutivos siendo la música más escuchada en América Latina y es la producción creativa de la región más popular a nivel global.


AUTOCONCIENCIA CULTURAL

Aunque puede parecer extraño hacer una conexión entre las áreas de literatura y reggaetón, es importante recordar que la literatura lleva existiendo miles de años, y antes de producirse de manera escrita, se transmitía de forma oral. Juan Guillermo Jaramillo, académico del reggaetón, indica que “una literatura que no tiene en cuenta lo que la gente canta, cómo la ente baila, qué canciones utiliza para definir sus relaciones amorosas o sus luchas cotidianas, entre otras cosas, es una literatura que no tiene en cuenta las nuevas sensibilidades que emergen en gran parte de la sociedad latinoamericana, una literatura que no presta atención a los nuevos modos de expresión y de construcción de subjetividades, una literatura que, a fin de cuentas, está alejada de la realidad”.

Italo Calvino, escritor italiano del siglo XX, llegó a hablar de la literatura como una herramienta de autoconciencia cultural. Desde este punto de vista es un instrumento que transmite valores contemporáneos a su época de producción; es un reflejo de la existencia y experiencia humana dentro de un contexto específico. A través de la literatura se puede estudiar e influenciar la cultura y la sociedad.

¿Qué tiene que ver esto con el reggaetón? Se podría argumentar que el reggaetón, al igual que la literatura, puede ser una herramienta para estudiar la auto-consciencia cultural. Sus letras reflejan comportamientos de género y tendencias sociales y culturales representativas de los países de Latinoamérica. Aunque su manejo de temas sexuales causa odio social, la producción del reggaetón es masiva y los temas que se tratan son igual de diversos que la población a la que representa.


LATINOAMERICANIDAD

Es una palabra inventada, pero se explica sola. Muchas veces el reggaetón se da la oportunidad de ser una celebración de la identidad latinoamericana. Canciones ejemplares de esto son Mi gente3 y La Gozadera4, que literalmente enlista todas las nacionalidades de América Latina.

Las letras de esta música también pueden describir retratos locales. La canción de Bad Bunny que dice:“si hay sol hay playa, si hay playa hay alcohol”5 puede remontar a imágenes que se han mostrado por décadas en música latinoamericana, como el clásico “no culpes a la noche, no culpes a la playa”6 de Luis Miguel. Las canciones también pueden ubicar referencias culturales: “aquí to’as las boricuas saben karate, ellas cocinan con salsa de tomate, mojan el arroz con un poco de aguacate, pa’ cosechar nalgas de catorce kilates”7.

Es especialmente llamativa la influencia de la cultura católica que predomina en este continente y la combinación casual en situaciones sociales: “que Dios me cuide pero no me guarde,”8, “antes de salir, la bendición cucha”9, “hoy se bebe, hoy se gasta, hoy se fuma como un rasta, si Dios lo permite”10.

La playa, el calor, las comidas, la noche de bebidas, y todo con la bendición de Dios, son parte del imaginario y la identidad latinoamericana que se puede percibir en el reggaetón.


NARRACIONES

En el aspecto narrativo del reggaetón se explora cómo se dice lo que se decide decir: las vías que toman los artistas para recoger y explicar lo que eligen reflejar en sus canciones. Es innegable que se necesita de cierto talento verbal para darle musicalidad a una serie de palabras. También es evidente que se pueden percibir intenciones románticas en ciertas letras del reggaetón. Esta combinación le da, en ocasiones, cierto aspecto poético a este género musical; no significa necesariamente que el reggaetón pueda considerarse poesía, pero sí hay algunas frases que serían dignas de murales de Acción Poética:“si las miradas mataran, la tuya me hizo el amor”11, “Hagamos un trío: tú y yo y toda la vida”12. Más cotidiano: “el perreo es su profesión”5. Más romántico: “Sin ti, las espinas son las que florecen; sin ti, no ilumina la estrella en mi universo”13.

Por otro lado, es importante para la narrativa del reggaetón que este género musical sólo ha existido como tal en el siglo XXI, y la influencia de las nuevas tecnologías se puede ver reflejada en el contenido de las canciones más actuales. Sobre las redes sociales y su impacto en las relaciones de la gente también se canta: “de Snapchat te borré, de Facebook te borré, de Instagram te borré, de mi vida te borré,”16; “la foto que subiste con él diciendo que era tu cielo, bebé yo te conozco tan bien sé que fue pa' darme celos”17; “se cae el internet cuando subes una foto”18.

Tomando esto en cuenta, los temas que principalmente se buscan narrar en el reggaetón, aparte de aquellos relacionados a lo esencialmente latinoamericano, son intentos de relaciones amorosas dentro del contexto del siglo XXI.


GÉNERO

La diferencia entre los roles de género es uno de los valores más marcados y menos flexibles de Latinoamérica. Por esta razón, el reggaetón sirve como una herramienta única para observar cómo se vive la experiencia masculina y femenina dentro del continente.

Sobre la vivencia de la masculinidad, hay algunos aspectos que sobresalen. La masculinidad tradicional, que resalta las características de independencia, fuerza y virilidad, se ve reflejada en el protagonismo varonil que hay en el reggaetón. La mayoría de los artistas son hombres, y se nota en su manera de describir las situaciones que viven desde una perspectiva de macho, un tipo de male gaze reggaetonero.

El machismo, que es un concepto originalmente latinoamericano, tiene una manera muy interesante de representarse en el reggaetón. El antropólogo Roger Lancaster ha explicado que “el machismo no es de manera exclusiva ni primordial un recurso de estructuración de las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Es un recurso de estructuración del poder entre y mediante hombres”19. Esto en el reggaetón se manifiesta como la competencia entre hombres por mujeres, y la inevitable sexualización de estas. Es gracioso ver la cantidad de canciones que mencionan explícitamente que están dedicadas al ex de la mujer que se está intentando conquistar: “esta la hice pa’ él, cuando la escuche quiero estar ahí para ver, cuando se entere y sepa que soy dueño de usted”20; o también, “si esta noche tu novio te bota, dile que tú no estás sola, que tú estás conmigo, que yo sí te cuido, no como ese idiota”21.

También es observable en el reggaetón el reflejo de una identidad masculina emergente del siglo XXI. Esta responde a las nuevas masculinidades que adaptan aspectos tradicionalmente femeninos, que chocan con los roles de género hegemónicos. Ejemplos de estos son la sensibilidad (“No me vuelvas a decir bebé, yo no soy tuyo ni de nadie, yo soy sólo de mí”22) y la pasividad (“Me robó el corazón sin permiso, su movimiento me tiene indeciso”23).

En cuanto a las vivencias femeninas, uno de los aspectos más llamativos y la mayor razón de censura es su sexualización. La imagen de la mujer como objeto, en el reggaetón y al igual que en la mayoría de los medios de comunicación, en Latinoamérica y en el mundo, se difunde de manera muy evidente: “naturales las bubis pero se hizo la cola”24, “La baby está dura y sin el cirujano”25, “me vuelve loco tu pelo, tu boca, tu piel, tu cintura”26, “ella es tan bonita, por ahí tan solita, con esa cinturita”27, por mencionar algunas de las más prudentes.

Por otro lado, existen canciones que identifican a la mujer como sujeto (contrario a objeto), y las representan como empoderadas e independientes: “Le digo a Dios que te cuide pero tú te cuidas sola”28, “en las noches soy yo la que define, todo lo que va a pasar, a mí no me tienes que mandar”29, “estar soltera está de moda, hace lo que quiera y que se joda”30, “bellacoso pero sin acoso”8.

No debería ser tan sorprendente: el reggaetón nació como la voz de las partes marginadas de la sociedad, esto le da su carácter de contracultura. Tiene sentido que las mujeres también lo identifiquen y desarrollen como propio, y que el baile, al igual que la música, haya cambiado con el establecimiento del reggaetón como un género con alcance global.la mujer en el reggaetón pone en evidencia la diversidad de ideas relacionadass a la feminidad que se reflejan dentro del género musical, y de esta manera, la diversidad de ideas asociadas a la feminidad en Latinoamérica.


19. Chant, S. H., y Craske, N. (2007). Género en Latinoamérica. México: CIESAS.

PERREO

Se podría decir que, al igual que la literatura, el arte, y la belleza, el reggaetón es un ideal que solamente se puede definir desde los ojos u oídos de quien lo percibe. Por su carácter híbrido y las constantes colaboraciones de artistas que existen en este género musical, a veces es difícil definir qué sí lo es y qué no lo es. Sin embargo, una herramienta que se ha encontrado útil para poder detectar el reggaetón es el perreo. Si el perreo es oficialmente el baile que acompaña el reggaetón, entonces dentro de esa lógica se podría definir que si hay perreo, hay reggaetón.

El baile del perreo, al igual que la música del reggaetón, ha evolucionado. En un inicio se entendía como los movimientos que evocaban posiciones sexuales y evidentemente reflejaban la imagen del hombre latinoamericano machista. Así como el reggaetón ha evolucionado a lo largo de los años, inevitablemente el perreo también. Eso lo avalan las playlists con cientos de miles de seguidores, creadas por la cuenta oficial de Spotify, tituladas “Perrear y Llorar”, y frases recurrentes en redes sociales que ya forman parte de la cultura popular, como ‘el perreo hasta el suelo y el autoestima hasta el cielo’.

Ahora se podría definir el perreo como el baile que busca tocar el suelo con el trasero, sin importar si se hace con una pareja, en grupo, o de manera individual (la canción “Yo Perreo Sola”31 confirma esto). Así como el perreo ha sido percibido como machista, investigaciones han señalado que también ha sido apropiado por las mujeres como una herramienta de empoderamiento: para constituirse y manifestarse como seres sexuales.


Catalina Ruiz-Navarro, escritora y feminista colombiana, afirma: “La mujer que perrea con libertad, decide cuándo, cuánto, cómo y con quién perrea. En esas condiciones, mover el culo siempre es una experiencia empoderadora, de la misma manera que el sexo consentido también lo es”2.

No debería ser tan sorprendente: el reggaetón nació como la voz de las partes separadas de la sociedad, esto le da su carácter de contracultura. Tiene sentido que las mujeres también lo identifiquen y desarrollen como propio, y que el baile, al igual que la música, haya cambiado con el establecimiento del reggaetón como un género con alcance global.

Aunque el perreo no es una producción creativa en sí, sino una manera de recibir la música, sigue sirviendo como herramienta de autoconciencia cultural. Es una demostración de cómo se percibe y se vive el reggaetón, y a través de la evolución del perreo también se puede percibir un cambio en la sociedad que lo baila.

Referencias

  1. Jaramillo Acuña. J. G. (2019). ¿Por qué las letras del caribe ya no suenan?: El reggaetón y sus posibilidades literarias. Colombia: Pontificia Universidad Javeriana.

  2. Chant, S. H., y Craske, N. (2007). Género en Latinoamérica. México: CIESAS.

  3. Ruiz-Navarro, C. (2018). Una experiencia empoderadora: las mujeres y el perreo. Vice. Recuperado de: https://www.vice.com/es_co/article/59kvj5/experiencia-empoderadora-muje-

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